jueves, 14 de octubre de 2021



LXI

...Sería el más inicuo de los críticos si me enfadara por una réplica, así fuera la más imbécil. Yo dimensiono mis proyectiles con el mayor arte que puedo y quedo en bancarrota seleccionando, para ese objetivo, los más dispendiosos materiales. Uno de mis sueños es ser joyero de las maldiciones. Pero yo no exijo que mis enemigos sean los lapidarios orfebres que se pongan a competir conmigo. Cada uno hace lo que puede y yo no tendría la poca gracia de impugnar la elección de un arma defensiva, no importa a qué bribón, al que yo hubiera agredido. Si persigo a un turón con una espada en la mano y él me combate con las esencias de su trasero, está absolutamente en su derecho y no tendría nada que decir. Todo el mundo puede publicar que soy un bandido, un falsificador, un descamisado, un proxeneta y hasta un idiota. Yo recibiría esas advocaciones con una indiferencia de la que usted no puede hacerse una idea exacta. No me pregunte por qué frente a la violencia opongo un estado de ánimo tan insólito. Yo moriré, ciertamente, sin haber entendido el significado de la palabra reparación, en el sentido que los duelistas dan a entender...
 
 
 LEÓN BLOY 
El desesperado
La Pajarita de Papel ediciones