viernes, 21 de mayo de 2021

 

La puesta en escena

Los poetas trágicos disponían para la representación de sus obras de tres actores para la tragedia y cuatro para la comedia.
El número de actores era siempre inferior al número de personajes que debían aparecer en escena. Por ejemplo, Las fenicias de Eurípides tiene once personajes. Las comedias de Aristófanes: Las acarnienses, La paz y Las aves, una veintena o más.
Gracias a las máscaras, que permitían a cada actor interpretar varios personajes, no se suscitaban inconvenientes demasiado complicados.
El actor que había interpretado el personaje del rey o de la reina volvía a aparecer, irreconocible, en la escena siguiente caracterizado como un esclavo o un campesino.
La distribución de los personajes entre los actores se realizaba de acuerdo a una jerarquía profesional.
Al protagonista, director de la compañía, le correspondían los personajes más importantes que eran aquellos  por los que se conocían a las obras (Edipo, Antígona, Electra, Hécuba, etc.)
El deuteragonista recibía los personajes de segundo orden, que eran con frecuencia los personajes femeninos; por ejemplo en las obras de Sófocles: Ismena, Crisotemis, Yocasta, etc.
El cuanto al tritagonista, era una especie de factótum a quien se le asignaban los personajes menos trascendentes.